marzo 07, 2013

marzo 03, 2013

"Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, 
vivirá toda su vida pensando que es un inútil." 

Albert Einstein.

marzo 02, 2013


Me acuesto casi cayendo, y escondo la cabeza bajo la almohada,
me mira y no sabe que cruza por mi cabeza en ese instante,
me entiende, y tan sólo resta un momento de comunión. 


febrero 24, 2013

Todo puede cambiar

- Has cambiado.
- ¿Qué pasa?¿Es que no puedo cambiar?
- Es que antes...
- Antes, antes, siempre antes... Tu tampoco eres la chica de la que yo me enamoré pero busco en tí y siempre acabo encontrando algo de lo que volver a enamorarme.
Tienes que decidir si te quieres enamorar del presente o si te vas a ir con mi pasado.

Se tumbó, me acercó a su pecho y tres segundos después me besó como nunca.


"Sólo está derrotado aquel que deja de soñar".


"Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta con mis amigos. 
Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida".

Las ventajas de ser invisible.
-Stephen Chbosky.

Todo saldrá bien.
(no te rindas todavía) 



febrero 10, 2013


Perdimos la capacidad de asombro. Sólo vemos lo fantástico en un zoológico, en un museo, en un teatro. Nos asombramos sólo cuando estamos dispuestos a hacerlo... ¿Por qué no vemos lo asombroso de lo cotidiano?¿por qué no nos sorprende que nuestra cama esté siempre en el mismo lugar? O ¿que el cielo siempre sea celeste? O, incluso, ¿que nuestros ojos se mantengan del mismo color?¿perdimos la capacidad de asombro o nos la quitaron?

En el país de los ciegos, el tuerto es rey,

y artista es algo que se estudia en una universidad.


"Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en estaciones de servicio, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas del estado.La publicidad nos hace desear autos y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos, no hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine, o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos".                                                                                               

El club de la pelea.

Yo también tuve mi París.

De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la Dicha. Nunca había sido plenamente feliz como en ese momento, pero tenía la hiriente sensación de que nunca más volvería a serlo, por lo menos en ese grado, con esa intensidad. La cumbre es así, claro que es así. Además estoy seguro de que la cumbre es solo un segundo, un breve segundo, un destello instantáneo, y no hay derecho a prórroga.

La tregua, Mario Benedetti. 

febrero 01, 2013

Confieso que he amado


Es increíble como nuestros mecanismos de defensa se encargan de sepultar algunas experiencias dejando tan solo un vago recuerdo, una sensación de algo vivido, nada vívido. 
Mas increible aún es cuando una canción trae todo eso de una manera ordenada, resignada, hasta bella. Como si componer un tema fuera arreglar cosas en sueños que soñamos sin saber, sin dormir.

noviembre 19, 2012


No tienes idea de donde vengo. 
No tenemos idea de hacia donde iremos.
Lanzados a la vida como ramas en el río, fluyendo en la corriente.
Capturados por el presente.

Before the sunset.

octubre 11, 2012

De adulta, he reconocido con frecuencia ese legado tan peculiar que, el tiempo otorga al viajero: el anhelo de ver un lugar por segunda vez, de encontrar de manera deliberada aquello con lo que nos topamos en alguna ocasión anterior, para volver a capturar la sensación del descubrimiento. A veces, buscamos de nuevo un lugar que ni siquiera es notable en sí mismo. Lo buscamos porque lo recordamos , así de sencillo. Si lo encontramos, todo es diferente, por supuesto. La puerta tallada a mano sigue en su sitio, pero es mucho mas pequeña. Hace un día nublado en vez de glorioso. Es primavera en vez de otoño. Estamos solos y no con tres amigos. O todavía peor, estamos con tres amigos en lugar de solos.

La Historiadora, Elizabeth Kostova. 

agosto 14, 2012

La música de las esferas...

Es demasiado pronto para dormir. Las noches de mediados del verano son demasiado breves, demasiado ligeras.
Aun no se han asomado la Luna y las estrellas, la brillante Venus apenas ha emprendido su viaje hacia el este para alumbrar nuestros secretos, cuando ya el sol chillón, inoportuno y violento, despunta para arrasar los cielos majestuosos. Cuentan que en el norte, en las estepas heladas de Rusia hay días en los que no se pone el sol. La gente se entrega al baile y la juerga, aturdida por la constante luz. Pero después viene el invierno y, como penitencia, hay días y semanas enteras de constante oscuridad, y la Aurora Boreal no es mas que un espectro titilante en el horizonte ártico.
Estas noches no son para dormir.
Elizabethh Redfern, La música de las esferas.

julio 02, 2012


Se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera que quería: El hombre nunca puede saber que debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. 

Milan Kundera en "La insoportable levedad del ser"

junio 27, 2012

Cajones virtuales

Todos tenemos esas memorias del pasado que olvidamos, rastros de una época o tiempo que para nosotros es distante pero que en realidad no fue hace muchos años.
Casi sin darnos cuenta olvidamos por ahí esos blogs donde confesamos amores eternos que duraron algunos meses o conflictos existenciales que en retrospectiva son irrisorios; donde una foto cautivó nuestros sentidos y ahora figura como un archivo no encontrado, la cual recordamos vagamente por la leyenda que le fue adjuntada producto de un viento de inspiración. Así como a esa foto, vamos desdibujando las personas, guardando partes idealizadas de ellas, recordando sólo lo que nos hizo sentir bien, olvidando todo lo que te hizo olvidarla desde un principio.
Es ahí en donde tropezamos con la misma piedra. Esa maldita costumbre de creer que hemos evolucionado hacia un ser humano mejor de lo que antes eramos. Esa persona idealizada también creció, lejos tuyo.

Es momento de aceptar qué quien fue tu centro de atención en un momento, hoy es el vago recuerdo que te viene en mente cuando lees la leyenda que acompaña la foto.

mayo 20, 2012

Era de noche. La luz de las farolas proyectaba pequeños soles incandescentes sobre el pavimento de azabache. Todo estaba borroso, los contornos difuminados, como uno de esos cuadros impresionistas que cuelgan de los altos museos de París. Notaba el alcohol calentándome la sangre que latía tras mis sienes. Mis sentidos se agudizaban; la suave brisa se me antojaba un vendaval, hasta la luz de las estrellas parecía cegarme. Y lo escuché.
Un profundo martilleo, el sonido de los abismos de Vulcano. Una respiración entrecortada, un suave suspirar, un callado lamento. Alguien se acercaba desde el fondo de la calle, caminando al abrigo de los altos castaños que en verano daban sombra a las aceras. El paso era rápido,asustado, como el de un nervioso animalillo que corre hacia su madriguera al amparo de la noche. Entró en el dominio dorado de una farola. Era una mujer. Una áurea niebla la envolvía. Me paré en seco y un grito de asombro se quedó atrapado en mi garganta. El voluptuoso vestido de seda verde y negra se ajustaba a su esbelta figura. Unas medias moradas abrazaban sus piernas y unos botines negros abrazaban sus pies. Su pelo era del color del bronce bruñido y se movía graciosamente con cada paso. Sus verdosos ojos me lanzaban miradas de inquietud y de temor. Pero yo seguía allí, parado en la mitad de la acera, mirándola embelesado.
¿Qué otra cosa podía hacer? Me sentí como debieron de sentirse los antiguos conquistadores cuando llegaron a las Américas y descubrieron a las sacerdotisas del fuego. Diosas hechas de gráciles formas, de sutiles pensamientos. Ella no dejaba de mirarme como si fuese un fantasma. Se iba acercando,pero esquivándome a la vez. Pasó por mi lado dejando tras de si la estela de su perfume a jazmín, Me di la vuelta corriendo, pero sólo aceré a ver como se alejaba entre las sombras...
Desde entonces no puedo dejar de ver esos ojos verdosos en cualquier lugar. Me pregunto si no fue un sueño, una fugaz visión de alguna remota princesa, venida de un tiempo lejano...



marzo 19, 2012

" Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones" 
 Antoine Saint-Exupéry

marzo 16, 2012

"Algunas fotografías son increíbles, no porque quien las saca sea buen fotógrafo, sino que algunos lugares nunca dejan de ser extraordinarios..."
En este mismo momento, un taxi traslada un grupo de chicaspost-adolescentes-sentimentaloideas, desde un pub de Palermo Hollywood a un boliche en Puerto Madero. También ocurre que un Peugeot 206 azul metalizado, tercera cuota al día, con cuatro muchachos modelos de vida postmoderna-papidependiente en su interior, cruza la avenida Córdoba por Serrano en busca de culos para bocinear.
Son las típicas dos de la mañana de un sábado, y todos los sábados a la madrugada sucede lo mismo: Mientras ellas comparten ropa y maquillaje, y ellos compran puchos y forros; Acá en casa, cuando la única porción de pizza que quedó en la caja ya está fría, tiramos los dados para ver quién empieza poniendo fichas en sus países... Y esta noche, de nuevo tengo el pálpito, el TEG lo gano yo. 



{relato de YoJuanPérez}
"Durarán mas alla de nuestro olvido, no sabrán nunca que nos hemos ido"

Yo, Juan Pérez


Ya estoy listo. Me puse ropa decente, junté las tazas abandonadas por la casa -algunas con resto de leche devenida en una ricota espesa-, pasé más o menos la aspiradora por los lugares visibles y procuré que en el tacho de basura no haya quedado a la vista ningún envoltorio de forro usado; descubrir eso, a las chicas que vienen por primera vez a tu casa, no les gusta.

Suena el portero. Con la camarita de Cablevisión en blanco y negro y mal ubicada no logro definirla demasiado, no mucho más que con la fotito del msn; esas que sugieren pero no muestran; calientan, pero por lo general decepcionan.
¿Hacerla subir sin conocerla? ¿Sin saber todavía si vamos a querer tener algo? Es muy incómodo soportar una previa y preparar un momento al que no sabemos si queremos llegar. Para estos casos hay una técnica muy práctica: Contesto el portero pero no le abro, bajo directamente, y mientras me acerco a la puerta y la veo impaciente, tengo unos 3 segundos para definir si la hago pasar o si prefiero hacerme el boludo, saludarla entusiasmado y decirle de ir por ahí y pedir un 1/4 de dulce de leche granizado. Una vez distendios, es más fácil ir para el lado "amigos", hablar de sus ex, de las mías y a las 2 horas acompañarla a la parada. Es preferible a que pasemos toda la tarde en casa estirando algo que nunca va a comenzar.

Bajo por las escaleras y poco antes de agarrar el pasillo empiezo a escuchar:

-Pasás?
-No, gracias, estoy esperando a un amigo.

Cuando me avivo, ya estoy asomado y en un punto sin retorno. Quedé totalmente expuesto a ella, no, a ella no, a Paulina, vecina prototipo y que odio, aunque ella me adore, tanto como para empezar a corear mi nombre desde la puerta. Si, al lado de ella y disolviendo la entrada canchera y masculina que había preparado.

-Juanito, juanito!! Cómo estás lindo? -entona de manera musical.

¡¡LA RECONFORTANTE CONCHA DE TU MADRE!! ¿Por qué me decís "juanito"? ¿Por qué me decís "lindo"? y ¿Quién mierda inventó a los vecinos?
¿Cómo remontás un "juanito" delante de una mina que vino hasta tu casa sólo para que le gustes mucho? Además, está claro que si una vieja que camina 6 cuadras de más para conseguir zapallitos más baratos, te dice "lindo", te afea automáticamente.
Salvo dos excepciones y media, odio al concepto del vecino.
Arrastrando los pies y la bolsa del supermercado, Paulina se va.
Y ahí estamos, enfrentados al fin. Nos saludamos, nos sonreimos un poco y subimos.

Es raro, pero hace media hora que estamos juntos, hablando, mostrándole detalles de mi vida y todavía no la pude ver bien. Más allá de los ojos y un poco la boca, no sé si la mina está buena. Es raro, hablamos bocha, hablamos copado y me fui olvidando de mirarla bien. Tuve una oportunidad de mirarle el culo y verla caminar cuando fue para el baño, pero me colgué viendo que estaba descalza. Si, entró y se descalzó! Y me gustó.
También en un momento estornudó, obviamente cerró los ojos y pude haberle mirado bien el escote (para eso se inventó el estornudo femenino) pero venía colgado con lo que me acababa de decir. No paraba de decir cosas piolas, quería escucharla hablar todo el tiempo.

Hace 2 horas que hablamos y nos reimos de todo. Hace 2 horas que estamos preparando algo, se siente en el aire.
Sucede que me está calentando y aún no sé si me gusta, bah, se supone que si, pero todavía no sé qué me gusta, no la pude ver bien, ¿se entiende?
De las giladas que hacemos los hombres para tener el primer contacto físico con una mina, me surgió la de los masajes. De la nada se nos ocurre instalar la idea de que ella necesita masajes y que nosotros sabemos darlos. Es una estupidez enorme, nosotros y ellas lo sabemos, pero nos ayudan y se hacen las boludas para que podamos romper el hielo. Por suerte, del masaje al beso y del beso al sexo pasó muy poco tiempo.
...
Disco entero de Stevie Ray Vaughan después, va al baño y escucho que improvisa una ducha. Pocas mujeres se toman atrevimientos tan lindos en una primera cita. Sale y la miro casi por primera vez.
No es linda.

Ya casi vestida pero todavía descalza, terminamos la Sprite. Raro -pienso -algo no me dejó que la viera antes, que la viera como uno suele mirar a las minas, mirarlas para calificarlas entre esos machistas y únicos dos parámetros que tenemos los hombres: "Le doy" o "No le doy"
La acompaño a la parada del 101 y mientras esperamos casi sin hablar, me acomoda el cuello de la camisa (es lindo que a las mujeres les guste hacer eso), y se va.
Empieza la lucha interna. "La pasé bien, si, pero no es linda". No es ser forro, es ser sincero, la mina no me gusta. Empiezan los: "¿Cómo me pudo calentar una mina así?" pero... "qué lindo que anduviera descalza toda la tarde", y "No puedo volver a llamar a una mina con la que no quiero que me vean", pero "qué bien que cogimos".

A la noche voy a lo de un amigo que tiene banda ancha y en el montón, pesco un mail de ella:
"Juanito" jaja. Cómo va? tenías razón, el 101 me dejaba mejor.
Mirá, la pasé muy bien con vos hoy, creo que fue todo muy lindo, pero te soy sincera, no sos el tipo de flacos que me gustan y si no te jode, seamos amigos y si no te la bancás, dejemos que esto quede acá, Si? Disculpá la franqueza pero ya sabés que soy así. Todo bien?
Un beso
Lu.
Las 22 cuadras las vuelvo caminando con sueño, hambre y bastante no sé qué adentro. ¿Alivio? ¿Decepción?
En la puerta de casa está Paulina y lo primero que hace es preguntarme por mi "novia". Bastante lejos de odiarla, la abrazo un poco y le digo que me acaba de dejar.
-Qué lástima -me dice -una chica tan linda...
La ayudo con las bolsas.
...

Pasan dos semanas y sigue "desconectada" en el msn. Pasan dos semanas y sigo sintiendo que no hay nada más desestabilizante que una fea segura de si misma.

{ fuente: yojuanperez }

enero 02, 2012

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. 
Pablo Neruda

octubre 18, 2011

La gente cambia. Los sentimientos cambian. Esto no quiere decir que el amor que una vez sentiste no fuera verdad y real. Esto simplemente significa que a veces cuando la gente crece, crecen apartados.

octubre 14, 2011

Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?

¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?

Lo escucharon los peregrinos del Mayflower: Dios decía que América era la Tierra Prometida. Los que allí vivían, ¿eran sordos?

Después, los nietos de aquellos peregrinos del norte se apoderaron del nombre y de todo lo demás. Ahora, americanos son ellos. Los que vivimos en las otras Américas, ¿qué somos?

"Americanos". Eduardo Galeano.

octubre 07, 2011

" ... danza, reza, desea que la lluvia escape, pero aun así la naturaleza se descarga contra ella. Su rostro muestra gotas de impotencia, sus ojos el sueño incumplido. Mirando por la ventanilla,
con la cámara entre las piernas, desiste. "

septiembre 12, 2011


"Cuando la vio por primera vez era sábado. no hacía frío y pese a todo le temblaron las pupilas. agarrado a la manita de su madre para no caerse en el autobús, pensó que era la niña más bonita que había visto nunca.
volvió a verla un viernes, un miércoles, y casi sin darse cuenta ocurrió. transcurrieron mil otoños, uno tras otro, sin que el tiempo menguase ni un ápice esa primera impresión.
sin embargo, la última vez que la vio era lunes, el día más feo de la semana. esta vez sí que hacía frío. llovía, y no pudo menos que fijarse en las gotas de lluvia en sus pestañas. sonrió al ver las pequeñas arrugas que la risa había depositado alrededor de sus ojos. sin llorar, para que no lo vieran sus nietos, se despidió susurrando: no dejaste nunca de ser la niña más bonita que he visto nunca. y supo, sin lugar a dudas, que era casi más cierto que aquella primera vez en el autobús".

"Cada despedida es una nueva aventura. Cada amanecer es un nuevo comienzo".

agosto 30, 2011

"Durarán mas alla de nuestro olvido, no sabrán nunca que nos hemos ido"
Ciruelo de mi puerta, si no volviese yo, la primavera siempre volverá. Tu florece, florecé.

agosto 03, 2011

Sal con una chica que no lee.

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

Charles Warnke

julio 14, 2011