agosto 14, 2012

La música de las esferas...

Es demasiado pronto para dormir. Las noches de mediados del verano son demasiado breves, demasiado ligeras.
Aun no se han asomado la Luna y las estrellas, la brillante Venus apenas ha emprendido su viaje hacia el este para alumbrar nuestros secretos, cuando ya el sol chillón, inoportuno y violento, despunta para arrasar los cielos majestuosos. Cuentan que en el norte, en las estepas heladas de Rusia hay días en los que no se pone el sol. La gente se entrega al baile y la juerga, aturdida por la constante luz. Pero después viene el invierno y, como penitencia, hay días y semanas enteras de constante oscuridad, y la Aurora Boreal no es mas que un espectro titilante en el horizonte ártico.
Estas noches no son para dormir.
Elizabethh Redfern, La música de las esferas.

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